Una de las cosas que nosotros aprendemos de Dios es que el es un Dios que ama intencionalmente.
La acción que el toma, el sacrificio que el hizo fue para demostrar la intensidad con la que el nos ama.
El entregó a su hijo como rescate por nosotros. El amor no es de palabras y de sentimientos bonitos. El amor es de hechos. Y en su mayoría el amor es un continuo sacrificio.
El nos amo y el lo demostró. Pero el amor también pone una demanda. Solo aquellos que creen en el reciben el beneficio de no perderse y disfrutar una vida eterna con Él.
“»Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.”
— Juan 3:16
Seamos nosotros también como Cristo intencionales en la forma en la que demostramos nuestro cariño por aquellos a los que amamos.